18.11.07

Noviembre

Me gustaría realmente poder decir lo que siento, lo que pienso, esos cientos de miles de bichillos que me gritan desde dentro que "algo hay". Creo que sé, pero no lo hago. Creo que existe el control, pero yo no lo tengo. Creo que digo verdades, pero no son mas que nimiedades. Por mas palabra que salga de mi boca, ninguna concluye en lo que yo deseo. ¿Será que mi deseo no desea ser deseado?.

O quizá sea simplemente que no se lo que siento, ni lo que pienso. Mi minotauro me abre las puertas a un laberinto tan maravilloso como inmenso. Es el mismo Freddy, que abre desde mi propia conciencia las puertas del infierno. En este laberinto imbuido, en él perdido desde el corazón, sólo me queda seguir caminando. Alumbrarme de mi propia conciencia, por perdida que ella esté. Y encontrar un camino, que quizá no me lleve a mi deseo, pero que me haga salir del laberinto con el orgullo de poder decir que entre por un deseo. Y que sólo salí de allí por que mi deseo supo mejor que yo como esconderse dentro.

Noviembre, cuantos disgustos me das. No existe apenas un Noviembre que no me recuerde que nací, y que por tanto he de sufrir. No quiero ponerme pesimista, todos sufrimos. No es mi intención desvelar lo negro, por que todos lo tenemos. Pero me hace gracia infinita que sea siempre en Noviembre cuando yo haya de acordarme especialmente.